SUSPIRO
Suspiro,
ingravidez transparente,
ventana que abre
el espacio que suspende
el tiempo del anhelo.
Cuando te alzas,
las manos de tus vientos
doblegan
la voluntad de los árboles
y aire eres, húmedo vuelo,
voz que titila
en la llanura de lo incierto;
cambiante velo
que enmudece el silencio.
Hermano eres del alba,
deshojado pétalo
de la risa y el misterio,
aire, sólo aire.
("Pasos de Arco Iris", Azul y Naranja)
UN RATO
Un rato, un rato me basta
con el alma abierta
para saber
que la vida está presente;
tan pura,
blanca y desnuda,
deslizándose en el aire.
De día, con los pies
en la hierba fresca;
de noche, jugando alegre
con un rayo de luna.
Sigue su rumbo y te dará,
perfumadas melodías de viento
y un poema para recitar
bajo un cielo salpicado
de mensajes de estrellas.
("Torres de Esperanzas Amarillas")
AZUL PERMANENTE
De frente a la mar,
siempre de frente, eres
arboladura, jarcia firme
de guardia en tu navío;
y ahora, hombre de mar,
marinero,
habitas el fondo, el largo azul
donde el cielo y la mar
saludan sus límites.
No te olvida el día,
ni la noche; ni ella te olvida:
manos de piedra te da la tierra;
el agua, ojos color de alga;
mirada de rayo, la tempestad;
para que el viento cante,
con todas sus voces bravas,
plurales de espumas largas
en las que duerman tus almas.
("Transparentes Azules")
LAS PALABRAS FALSAS
Las palabras falsas
entran en esos días,
mensajeros de la oscuridad,
que aparecen por sorpresa
entre tempestades;
primero son extrañas
pero, poco a poco,
se adueñan del verde real
en los reflejos
que el sol da a las miradas.
No quiero escucharlas;
me iré a un lugar aparte
donde no sienta,
el afilado filo de su odio
sobre la verdad abierta.
Negaré su realidad
para no llevar
su peso gris en mis ojos
y caminaré alegre
aunque estén acechando.
("Alargados Grises")
La miseria es una sombra larga
de dientes afilados,
son sus puntos cardinales
los silencios de pesado paso;
se oculta en todos ellos
con labios de sonrisa muerta
y ojos desangrados.
La vemos
con un saber roto, sin nombre,
con otro “yo” de mirada lejana
y nos deja en el rostro
un rictus trágico,
mitad miedo, mitad horror;
y nos conformamos
con su oscuridad sin esperanza.
Dame tu mano y la tuya,
Dadme, todos, la mano;
construyamos un mundo de alegría
en el que germine, por fin,
la claridad de la justicia.
EN PIE
Casi siempre caminamos a oscuras,
entregando las luces del presente
a tiempos ya idos,
como si ya no tuviésemos nada
y aquellos días
fueran propiedad solo de la alegría.
En los días del ayer, deformados así,
vemos nuestras vidas siempre llenas,
como mesas de domingo.
Hurgamos atrás
para que no nos rompa
este momento sin manos;
trasformamos el pasado
en un sueño irreal de doradas mañanas,
ansiamos que vuelva
y convertimos lo presente en enemigo.
Sin embargo, es aquí, en el ahora,
donde tenemos los útiles del horizonte,
las pequeñas letras que escriben
las luces del futuro.
Observo, siempre observo,
mis ojos tienen
la transparencia del alma
cuando, desde la lejanía,
oigo los lamentos
entregados a la brisa:
instantes suspendidos
que huyen
de labios entreabiertos.
Los descubro en el sutil perfil
de una sonrisa,
en una ceja que cae,
en el pestañear lento
de una lágrima.
Los ordeno por sus nombres,
cuento y numero sus mordazas;
archivo en cajones alfabéticos
todos los porqués y sus destinos.
Antes de que aparezcan
reconozco su espera silenciosa;
pero no puedo detenerlos
ni impedir su origen.
Es inútil, nadie comprende
mi discurso de sibila;
son esfuerzos caídos en el olvido
sin ser atendidos,
advertencias mal interpretadas
convertidas en piedras
que me amenazan.
No ven lo que yo veo
porque yo, soy poeta, leo las almas
y cuento las lágrimas de la vida.
(Pasos de Arco Iris)
UN DÍA PARA BENDECIR LA BONDAD Y OTRO PARA RECORDAR
Hoy, primero de noviembre, en España se celebra el día de “Todos los Santos”, un día para honrar a los Justos, a la Buena Gente del mundo; esa gente que va más allá de sus obligaciones laborales, cívicas, sociales o familiares para hacer la vida más agradable a los demás, casi siempre con pequeñas cosas, que podrían parecer insignificantes pero que no lo son en absoluto: una sonrisa en un momento determinado, sin que lo percibamos porque su labor es silente, puede expandirse y generar un mar de alegría.
No estoy hablando ahora de los grandes hombres cuya vida es loada por todos, no, hablo de todos aquellos cuyo comportamiento expresa siempre lo mejor del ser humano, es decir: “La Buena Gente del Mundo”.
La Buena Gente no se debate en que hacer o no hacer frente a los retos o situaciones que les presenta la vida, sencillamente hace lo correcto porque hacer lo correcto, es su natural.
Honrémosles emulando su comportamiento, de esta manera, empezando desde dentro de nosotros mismos, podremos construir un mundo mejor para todos.
Y mañana, día dos de noviembre, se celebra el día de “Los Fieles Difuntos”, un día para recordar a aquellos a los que quisimos y ya no están.
Yo los recuerdo a través de pequeñas cosas, como las postales con una rosa llena de purpurina que siempre me mandaba mi abuelito por mi cumpleaños, aún ahora echo de menos esas cariñosas felicitaciones así como la mirada tierna de sus profundos y amorosos ojos azules; recuerdo también, las pequeñas manías de mi madrina, la tía Pilar, nunca se recuperó de la guerra civil y permaneció toda la vida como una niña, siempre fue muy cariñosa conmigo; Y recuerdo a otras personas que, siendo o no de mi familia, dejaron una profunda huella en mi y que guardo con un profundo respeto en mi memoria.
Puede que otros tengan diferente forma de ver a esas mismas personas, pero no dejo que nadie imponga su recuerdo sobre el mío ya que la huella que dejaron en mi, es mía, la construí en el aprendizaje de la vida y forma parte de mi ser más íntimo, de mi definición y, en todo caso, es mi verdad.
Feliz día de Todos Los Santos y dulce transitar por los recuerdos.
A DAY TO BLESS AND ANOTHER TO REMEMBER
Today in Spain is celebrating the day of "Todos Los Santos", a good day to honor the Just, to bless the Good People of the world. People who go beyond their working, civic, social or family duties to make other people live better; nearly always with little things that may seems not too important but sometimes a smile could become an ocean of joy.
I’m not talking about the great men whose lives are exemplary for everybody; no, I'm talking about the people who really cares, who pay respect to the others; to sum up, I talking about all of one who always express in their actions the best of the human being: “The Good People of The World”.
The Good People when have to face challenges or troubles, they don't waste time thinking things over for a long time, not waste time asking themselves what to do or not to do, they simply do the right thing; because do the right thing is their natural behavior.
we may Honor them emulating his conduct, starting inside ourselves, in this way perhaps we may make a better world.
And the second of November day of "Los Fieles Difuntos", is a day to remember all the people we loved and disappeared. I think is a way to remain them alive in our mind.
I remember little things, as the beautiful postcards with flowers that my grand-father sent me all my birthdays and also how he used to look at me with his deep loving blue eyes. I can still recall my godmother, aunt Pilar, she never recovered of the civil war and remained all her live like a little girl, she was always so kind to me.
And I also remember other persons, belonging or not to my family, that left a deep paw print on me and I keep them in my memory with a large respect.
Perhaps other remember the same persons in a different way I do, but I don't allow them impose their memories upon mine, because I built my memories while I learned to live and they belong to the most intimal part of me; they belong to my definition, and anyhow it’s my verity.
All the people we have met, those whose we have loved and have lost, form a set of inner voices that affirm us in difficult times, are weapons of experience, points of support in the silence of our inner voice. all our Memories are our special and unique history, roots from which we can raise the tree of the future.
Good day of “Todos Los Santos” and sweet walk for your memories.
UN GIORNO PER BENEDIRE LA BONTÀ E UN ALTRO PER RICORDARE
Oggi, primo di Novembre, nella Spagna si festeggia il giorno di “Tutti i Santi”, un bel giorno per onorare ai Giusti, a tutte Brave Persone che ci sono nel mondo: quelli che vanno sempre più avanti delle sue obbligazioni lavorali, civiche, sociali e familiari per fare la vita più facile, più bella agli altri. Di solito con cose piccole che potrebbero sembrare senza nessuna importanza, però un semplice sorriso può diventare un mare di gioia.
Non sto parlando adesso dei grandi uomini la cui vita e lodata da tutti, no, parlo di quelli, il cui comportamento esprime sempre il meglio dell’essere umano, cioè: “La Buona Gente Del Mondo”.
La Buona Gente quando affronta le sfide o le situazioni difficili della vita, non si dibatte per ore tra quello che si deve o non si deve fare. No, La Buona Gente fa semplicemente quello che è corretto, perché essere persone per bene, è la loro natura.
Onoriamoli emulando il loro comportamento, così cominciando dall’interno di noi stessi, forse potremmo costruire un mondo migliore per tutti.
E domani, due di novembre, si celebrerà il giorno “Dei Fedeli Defunti”. È un giorno per ricordare a tutti quelli che amammo e che hanno partito per sempre..
Ricordo piccole cose come le bellissime cartoline con una rosa piena di porporina che il nonno mi spediva sempre per i miei compleanni. Ancora adesso mi mancano quegli auguri tanto carini, così come il profondo e affettuoso sguardo dei suoi belli occhi blu. Anche, ricordo le graziose manie della mia madrina, la zia Pilar, non si recuperò mai della guerra civile e restò tutta la vita come se fosse ancora una bambina. E ricordo persone che, essendo o no della mia famiglia, mi lasciarono una profonda impronta e che tengo in gran rispetto e considerazione nella memoria.
Può capitare che altri ricordino in modo diverso alle stesse persone però, non lascio che loro imporrino il suo ricordo di sopra al mio, perché la impronta che mi lasciarono, è mia, si formò nel mio imparare della vita, fa parte del mio essere più intimo, della mia definizione e, in ogni caso, è la mia verità.
Vi auguro un bel giorno di Tutti i Santi e una dolce passeggiata per i ricordi.
Al alba doy tu nombre,
hija de la noche,
amanecer insistente,
fulminante rayo
que abre la mañana.
Mirándote adivino
el ligero temblor
de los árboles
siguiendo
el compás de la brisa,
al inicio del instante
que encarcela la emoción
de inaugurar la luz.
Aliada del viento,
siempre en marcha,
sin detener tu paso
renuevas
con los golpes de la vida
tu escultura.
Eres el mar en estado puro:
arquitectura transparente
rehaciéndose;
en un vaivén secreto,
derramándote.
Altanera,
esparces tus perfumes
con tu poderío de ala blanca
e, inmediatamente,
te bates en retirada
sin dejar los pies.
Al alba doy tu nombre
porque eres
voluntad de mañana.
(Pasos de Arco Iris)
Estos días navideños nos envuelven con la magia y la inquietud de los reencuentros. Magia porque nos da alegría volver a ver a los nuestros a los que, por el trabajo o la distancia, vemos en contadas ocasiones y con frecuencia solo en estas fiestas. Inquietud porque con la familia nos sentimos como partidos, como si fuésemos dos: uno el que somos en este presente y otro el que fuimos y somos aún en sus ojos. Cuando estamos con ellos sentimos una exigencia sutil que nos empuja a ajustarnos a la imagen que guardan de nosotros, fija, como si se tratará de una foto en un álbum polvoriento. Queremos hacerles felices y de una forma apenas perceptible, empezamos a actuar ajustándonos a ese retrato, haciéndonos así extraños a nosotros mismos.
También nosotros sentimos la necesidad de que permanezcan fieles a la imagen que guardamos en nuestro álbum de recuerdos, esa imagen que nos hace sentir seguros, en una arcadia feliz que seguramente no existió. Pero el tiempo nos ha cambiado; las pinceladas sucesivas de la vida van pintando un retrato particular de cada uno de nosotros, con tonos y matices propios. Somos el trasluz de nuestra memoria y no podemos ajustarnos a ninguna imagen fija, a ningún retrato del pasado. Esto que, respecto a nosotros mismos, vemos con claridad, nos cuesta aceptarlo en los demás; nos frustra comprobar que no se ajustan a la imagen que tenemos de ellos y con frecuencia reaccionamos cargando de pequeños reproches lo que debería ser un tiempo de gozo.
Salir del grupo, convertirte en individuo, madurar, es lo único que permite relacionarse con los demás de forma libre y satisfactoria.
Para evitar que el ambiente en nuestro encuentro se enrarezca, propongo que, al reunirnos, dejemos fuera nuestros pequeños reproches, exigencias, problemas sin resolver y, en lo posible, entremos con el alma en blanco para celebrar unidos la Navidad como algo iniciático; quizás así, podamos crear uno de esos momentos perfectos en los que no sobra ni falta nada; esos momentos en los que reina la armonía, que viene siempre cargada de serena felicidad.
Feliz Navidad a todos y que el próximo año os traiga cada día, un rato de serena felicidad.
Christmas lights shine illuminating the faces, pale looks emerge from them escaping from the trembling and loneliness of shipwrecked; glances without the clear and clean light of joy, shadows of lost beings, torn down by the weight of uncertainty, beings dispossessed of themselves by other people's speeches: slogans that resonate endlessly blurring the clear line that separates what is right from what is wrong.
Greed bells that imprison and alienate the spirits, leading them to lose the identity that defines them, plunging their aura into a confused state of immaturity and unhappiness.
To be aware of this, hurts me, spider my spirit and my hope trembles. And then I distance myself, I take refuge in the monastery of my being plunged into a peaceful silence and imagine loving looks, gentle gestures, smiles full of joy jumping among the wandering crowd; I close my eyes and devise rains of colors fanning the flame of life and clinging to the idea of a world with human sense.
When my cracked hope is about to wither, suddenly, I see a child absorbed, watching attentively a violin that sounds tempered by the expert hand of a musician and my faith in the future is reborn again.
The days of Christmas we surround with the Magic and the restlessness of the family meetings. Magic because we’re glad to see the people we love that, due the distance or the work, we hardly see and frequently only on Christmas day. Restlessness because with the family we feel as if we be divided, as if we were two persons: the one we are at present and the one, which we were and still be in their eyes. When we are with them we feel a subtle demand that pushes us to adjust to the image they keep of us, fixed, as if it were a photo in a dusty album. We want to make them happy and in a barely perceptible way, we begin to act by adjusting to that portrait, thus making us strangers to ourselves.
We, as well, need they remain faithful to the image that from them we keep in our album of memories, those image that makes us feel safe, in a happy paradise that surely not existed. But time has changed us; successive brushstrokes of life have painting a particular portrait of each of us, with tones and nuances of our own. We are the light of our memory and we cannot adjust to any still image, to any portrait of the past. This which we see clearly when it comes to ourselves, we have trouble accepting it with respect to others. It frustrates us to see that they do not fit the image we have of them thus we often react by charging with small reproaches what a time of joy should be.
Leaving the group, becoming an individual, maturing, is the only thing that allows us to relate with the others freely and satisfactorily.
To prevent the environment in our Christmas meeting will becoming rarefied, I propose that, when we meet, we leave out our small reproaches, demands, unresolved problems and, if possible, enter with the soul in white to celebrate Christmas together as something initiatory; perhaps in this way we can create one of those perfect moments in which no left over or missing nothing; those moments in which harmony reigns, which is always loaded with serene happiness.
Merry Christmas! May next year bring you all new lights of hope and lots of moments of serene happiness.
In questi giorni intorno a noi proviamo la magia e l’inquietudine degli incontri. Magia perché ci fa piacere rivedere ai nostri ai quali, per il lavoro o la distanzia, non posiamo vedere quasi mai e speso gli vediamo soltanto per Natale. Inquietudine perché con la famiglia ci sentiamo divisi, come si fossimo due persone: questa che siamo adesso nel presente e quella che fummo e ancora siamo nei suoi occhi. Quando stiamo con loro, c’è nell’aria un’esigenza sottile che ci spinge ad adattare il nostro agire all’immagine che hanno di noi, fissa, come se fosse una foto vecchia piena di polvere. Vorremmo fargli felici e, senza accorgerci, incominciamo ad attuare nel modo che egli vogliono, facendoci strani a noi stessi.
Anche noi proviamo il bisogno di che egli si adattino all’immagine che abbiamo di loro, quella che ci fa sentire sicuri, in un tempo pieno di felicità che sicuramente mai fu. Pero il tempo ci ha cambiato; le successive pennellate della vita vanno dipingendo un ritratto particolare de ognuno di noi, con toni e sfumature che sono soltanto nostre. Siamo il controluce della nostra memoria e non possiamo essere un’immagine fissa, un ritratto del passato. Se è vero che, per noi vediamo questo molto chiaro, quando riguarda agli altri, non siamo così pazienti e spesso incominciamo a caricare di rimproveri quello che dovrebbe essere un tempo di gioia.
Uscire del gruppo, diventare un individuo, maturare, questo è ciò che ci permette di avere relazioni libere e soddisfacente.
Per evitare un’aria rarefatta nel nostro incontro di famiglia, suggerisco lasciare fuori di casa tutti i piccoli rimpianti, rimproveri, esigenze, problemi senza risolvere e riunirsi, se è possibile, con l’anima in bianco per festeggiare Natale come un inizio; forse così potremo creare uno di questi momenti perfetti nei quali c’è l’armonia, che sempre va unita a una serena felicità.
Tanti auguri di Natale e che il prossimo anno vi porti ogni giorno, qualche momento di serena felicità.
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